jueves, 13 de enero de 2011

De tapas por Córdoba

Una visita obligada siempre que visito cualquier ciudad por motivos de placer, ya sea escapada de fin de semana o vacaciones, como es lógico es ver sus típicos monumentos, descubrir sus museos y pasear por sus calles. Pero algo a lo que cada vez le presto mayor atención es visitar sus restaurantes o tabernas más emblemáticas y degustar las especialidades gastronómicas y los platos más representativos de la zona.

Es por lo que hace ya algunas semanas que junto a un grupo de amigos, nos unimos a la treintena de personas que nos desplazamos a Córdoba para asistir a la ruta organizada por la asociación de cine Bardem de Montalbán de Córdoba para realizar un perfecto programa cultural-gastronómico, ya que el mismo consistía en ir a ver una película al cine: “Entre lobos” (rodada y ambientada en Sierra Morena, más concretamente en el Parque Natural de Cardeña-Montoro, ya que cuenta la historia real de un joven que se cría solo con la compañía de lobos salvajes de la sierra).

La otra parte del programa era visitar algunas tabernas cordobesas en dos rutas claramente diferenciadas. Una por la zona de la judería y la otra por la zona más céntrica de la capital cordobesa.


"Tres palabras para decir te quiero", Vicente Amigo. Gran Teatro de Córdoba
RUTA 1:
MESÓN RESTAURANTE EL TABLÓN, C/ Cardenal González, 69
Ubicado a escasos 50 m de la Mezquita Catedral de Córdoba es la inconfundible taberna de estilo antiguo cordobés con una zona de barra con los típicos barriles de vino de la zona Montilla-Moriles. Anexa a ésta hay un patio cubierto que hace las veces de salón de grandes dimensiones. Al ser la primera parada no tuvimos mucho ocasión de comparar con las siguientes pero sí me dio la impresión de que quizás por la cercanía a la Mezquita (o Catedral, antigua Mezquita, o como se le quiera llamar) hace que esté pensada para la gran visita de turistas y no sea tan auténtica como otras que luego si pudimos contrastar. Las tapas estaban buenas pero no eran exquisitas y el precio sin ser extremadamente caro, dada la cantidad que en ellas servían no era para nada económico.

BAR SOCIEDAD DE PLATEROS, C/ San Francisco, 6
Muy cerca de la Plaza del Potro (lugar típicamente cordobés, por estar ahí enclavada la popular Posada del Potro, citada por Cervantes en “El Quijote”, y la casa museo del famoso pintor Julio Romero de Torres, hoy Museo de Bellas Artes).
Hay varias tabernas con este nombre en Córdoba, pero cada una de ellas están regentadas por distintas personas, conservando todas ellas además del nombre, el típico aspecto de las tabernas de antaño. La de la calle San Francisco, que es la que nosotros visitamos fue fundada en el año 1874, la más antigua de la sociedad, así que es fácil imaginar el arraigo y la popularidad que goza entre los propios cordobeses, los turistas y los numerosos artistas que al visitar la ciudad hacen parada en esta emblemática taberna. Un lugar con mucho ambiente en el que tanto la barra, presidida por un gran cartel de uno de sus clientes más habituales, como lo fue en su día Julio Romero de Torres, como su salón de arquitectura tradicional cordobesa completaban casi el aforo de casi 100 personas de sus salones.

Establecimiento recomendado por el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Montilla-Moriles y en lo que los platos raciones que pedimos tanto las berenjenas con miel como los boquerones fritos estaban buenísimos, notando cada uno de nosotros que ellos eran de primera calidad y a un precio muy recomendable al que cualquier otro día sería estupendo poder para repetir. Sorprendiéndonos además la gran rapidez en el servicio.

LOS MOSQUITOS, c/ Carlos Rubio, 24
La tercera parada fue en esta típica taberna, mucho más pequeña que las anteriores pero más acogedora, donde los camareros tenían una hospitalidad diga de destacar.
El nombre de esta taberna se debe a que aquí en los años treinta una agrupación carnavalesca representaba humorísticamente la obra de los "Quinteros" “Los Mosquitos”. Aunque otra versión es también la motivada por la cantidad de mosquitos que se depositaban en las canillas de los barriles de la taberna.
En ésta no hay servicio de cocina, así que nos pedimos unas raciones de jamón y queso estando éste último realmente excelente, y a un precio muy acorde con la calidad de los productos, aunque una de las especialidades de la casa son unas rebanadas de pan con anchoas en aceite, que según dijeron algunos del grupo estaban riquísimas. Aquí ya empezamos a degustar los vinos de la tierra, Montilla-Moriles, directamente de las barricas que tienen en la barra. Agradecer la generosidad de los dos camareros que con la charla y el cachondeo, nos invitaron a una última ronda de los caldos montillanos.

RUTA 2:
TABERNA EL GALLO, C/ María Cristina, 6
Situada entre la céntrica Plaza de las Tendillas y la calle Capitulares, donde se encuentra el ayuntamiento, fue fundada en 1936 conservando todavía el aire intacto de aquella época.

Destaca por sus vinos, con bodega propia, resaltando por encima el fino Amargoso que no hace honor a su nombre y que tuvimos la oportunidad de probar. Para tapear, al igual que casi las anteriores sirven la cocina tradicional cordobesa, nosotros probamos las gambas rebozadas, los calamares fritos y los flamenquines, que aunque personalmente no me resultaran tan buenos como los caseros, el ambiente tan auténtico y variopinto, que iba desde personas mayores, hasta turistas pasando por jóvenes treintañeros, hacía que mereciera la pena estar allí sentado en esas viejas mesas y sillas con las paredes encaladas un buen rato y en el que merece la pena, sin lugar a dudas, volver a visitar.

TABERNA RINCÓN DE LAS BEATILLAS, Pza. Las Beatillas, 1
La última a la que fuimos fue esta taberna taurina y flamenca del barrio de San Agustín, muy cerca del Palacio de Viana y del barrio de Santa Marina, donde han nacido y vivido los más grandes toreros de Córdoba.
Con una distribución como las antiguas casas de vecinos, muy común en la Córdoba de primeros de siglo XX, con un patio central con arcos y galerías laterales. Es conocida como Las Beatillas por la plaza en la que se encuentra ubicada. Antiguamente, había allí un beaterio, donde las beatas vivían en comunidad siguiendo estrictas normas. Cuenta la leyenda que una de ellas era la encargada de realizar los recados y por ser de estatura pequeña, la conocían como “La Beatilla”.

Por esta taberna han pasado gente tan importante a nivel artístico como Federico García Lorca, guitarristas como El Merengue y Vicente Amigo, toreros como El Puri, Rivera Ordóñez, José Tomás y cantaores flamencos entre los que se encuentran Fosforito, Luis de Córdoba, El Polaco o Chano Lobato. Artes a las que están dedicadas con esmero cada una de las estancias de la Taberna. Al ser demasiado tarde la cocina estaba cerrada y sólo pudimos apreciar una buena ración de ensaladilla, así que sólo pudimos apreciar más el sabor añejo y taurino del lugar que la variedad de su cocina propiamente dicha.

Dentro de la ruta que nos habían organizado había otras tabernas que no pudimos asistir por estar cerradas ese día o por falta de tiempo, como “Taberna el 6”, “Taberna salinas, Casa el pisto” o Taberna Paco Acedo”. Como bien es sabido Córdoba tiene muchas tabernas antiguas y de siempre para tapear, así que nunca es tarde para volver a visitar en las que ya hemos estado, descubrir las numerosísimas que he oído nombrar pero que no he tapeado o descubrir otras muchas más que a buen seguro me sorprenderán gratamente.

Ya por último, y aunque no estuvimos durante la ruta de la tapa organizada por la Asociación “Bardem”, me gustaría recomendar un restaurante que descubrí una noche anterior, también en Córdoba. Se sitúa en la C/ San Fernando, 120, al lado de la Cruz del Rastro, y su nombre es “GARUM 2.1.” Inaugurado hace ahora un año, nace bajo el concepto de “Bistronomic tapas bar”, que lo define en su carta como “el pret-a-porter de la alta cocina”, que no es otra cosa que cocina de calidad elaborada a bajo precio. En GARUM 2.1 mezclan la cocina tradicional cordobesa y la cocina de vanguardia o autor. Siendo un local moderno y original y que se divide en dos plantas, reflejando dos ambientes diferentes. En la planta baja se ha recreado el ambiente de una taberna, reservando para la planta superior el restaurante donde el cliente puede degustar igualmente la exquisita comida a un buen precio, no barato, pero sí muy acorde, teniendo en cuenta la calidad de sus platos.
Destacar la muralla original romana, que se conserva dando un toque tradicional pero con una decoración moderna, siendo así un nuevo concepto de restaurantes que desde hace algún tiempo, por suerte, se van viendo algunos mas en la capital cordobesa y que hacía mucha falta ya que si igual de importante es conservar y mantener las tabernas antiguas y tradicionales de una ciudad milenaria como Córdoba, también lo es renovarse en un sector tan importante como la restauración para un nuevo público que también exige este tipo de restaurantes mas modernos y vanguardistas para una ciudad que aspira a ser Capital Cultural de Europa.