lunes, 24 de octubre de 2011

"BODAS DE SANGRE", por el Grupo de Teatro "ALMOCAFRE"

No era la primera vez que entraba al casi recién inaugurado Teatro de Montalbán, pero si para ver una obra interpretada por el grupo de teatro local “ALMOCAFRE”. En un aforo casi lleno, después de llenar en su primer pase, interpretaron la magnifica obra dramática de Federico García Lorca “BODAS DE SANGRE”.
Federico García Lorca

“Almocafre” es un grupo de teatro que empezó hace ya más de 20 años en Montalbán de Córdoba de la mano de su fundador, actor, director y alma máter José Antonio Adamuz Muñoz. Nació con el afán de promover el conocimiento de las artes escénicas españolas. En todos estos años ha interpretado obras de Muñoz Seca, García Lorca, Miguel Mihura, Cervantes, y otros grandes del teatro español, tanto en dramas como en comedias con un elenco de actores aficionados que abarcan todas las edades y que no para de crecer, llegando a ser un grupo de teatro amateur de primer nivel dentro de la provincia cordobesa, ganando numerosos certámenes y premios diversos.

“Bodas de sangre” es un texto dramático del poeta granadino que escribió en 1933. Se basó al igual que la escritora Carmen de Burgos “Columbine” en 1931 con su novela Puñal de claveles” en el suceso real ocurrido en 1928 en el Cortijo del Fraile (Níjar, Almería). Edificio cuyo estado actual es ruinoso y que ni la reciente declaración de Bien de Interés Cultural, ni la inspiración de Lorca, ni las varias plataformas en pro del edificio parecen que hasta la fecha consigan una rehabilitación integral de tan emblemático lugar.

Cortijo del Fraile

Nos cuenta la historia de un triángulo amoroso en torno a una boda donde se recrea admirablemente la pasión, el amor, el honor, la venganza, el destino, la infidelidad, el odio y por supuesto la muerte, constantes inequívocas en la escritura de García Lorca. Es un texto muy pegado a la tierra, a las raíces, a los sentimientos, a la vida austera y dura de las gentes del campo andaluz y de la España profunda del primer tercio del S. XX.
El autor utiliza en la obra algunos contrastes como de la celebración de una boda a la tragedia de la muerte, del honor por una novia inmaculada a la deshonra de la infidelidad, así como muchas metáforas que quedan patentes como la tierra cosida a la estirpe y a la sangre de la familia, la navaja que atrae inexorablemente a la muerte, el agua como alimento de la madre tierra que se tiñe de rojo en ríos de sangre, la luna como fiel compañera de la muerte...

La función llevada a cabo por “Almocafre” fue muy buena pero a la vez muy contenida, tal como debiera ser, donde el texto escrito por tan genial escritor necesita unas actuaciones acordes a tan dramáticos hechos. Es quizás, esto último, lo más significativo de la obra representada donde hay que destacar la magnífica interpretación de los tres actores principales: la madre con una fuerza interpretativa portentosa que hace que el dramatismo del texto se reafirme en sus palabras y sus gestos, la novia con una especial naturalidad que deja atrás la actuación teatral y la de Leonardo (único personaje con nombre propio) donde demuestra la veteranía y el buen hacer de los muchos años que lleva al frente, y detrás, de la compañía.
Señalar también la escenografía, acentuada con la austeridad y sencillez del atrezzo con un telón de fondo negro, pocos objetos ornamentales y una iluminación simple pero muy cuidada, ya que estos pocos artificios decorativos te ayudan a centrarte en la historia, en la intensidad del texto evitando así que te puedas distraer, ya que lo principal es el texto y la interpretación de los actores. 
Otro punto a favor de la obra es la música, cantada por las actrices secundarias, destacando sobre las demás la bellísima “Nana del caballo grande” (en el acto 1, cuadro 1) donde su letra augura la tragedia que se avecina, y que fue dada a conocer al gran público por Camarón de la Isla.


Tanto me fascinó el texto que al día siguiente en la “Feria del Libro Antiguo y de Ocasión” de Córdoba me hice con un ejemplar de “Bodas de sangre”. Conseguí una edición publicada en 1977 de la prestigiosa Editorial Losada con la ilustración de portada de Silvio Baldessari, uno de los grandes ilustradores argentinos. 


Esta editorial está afincada en Argentina (conocida por publicar autores españoles durante su exilio durante la posguerra), y del que tengo otro ejemplar del año 64, también del mismo autor, “Mariana Pineda”, comprado en una librería de viejo hace unos años en Granada, ciudad natal del poeta. 

Por supuesto, no pude resistirme a leerlo, en las dos horas que se puede tardar en leer la obra completa, para poder cerrar así el círculo de haber disfrutado en un par de días de “Bodas de sangre”, con la actuación del Grupo de Teatro “Almocafre” y el texto de Federico García Lorca.

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