Que el destino te golpee cuando tu vida va llegando al ocaso tiene que ser un momento duro, extraño, ya que de un momento a otro te cambia la forma de pensar, el prisma con el que ves tu realidad, tu mundo. Puede ser que en los últimos años de tu existencia descubras al hombre que hasta entonces nunca has sido o por lo menos nunca has reconocido. Una fuerza interior inesperada que deja atrás al hombre frío sin sentimientos que tú creías que eras.
En este libro el autor nos cuenta en primera persona la vida del sexagenario Kepesh, afamado crítico literario y de televisión, profesor de literatura en la universidad, que aprovechando este estatus social se aprovecha de sus alumnas para mantener una relación sexual, que cada año la renueva por una joven distinta. Un año, se enamora de una de ellas, Consuelo, una veinteañera de origen cubano que de la pura relación sexual pasa al amor y de ahí a la obsesión, con todo lo que ello puede llegar a ocasionar.
“No importa cuanto sepas, no importa cuánto pienses, no importa cuánto maquines, finjas y planees, no estás por encima del sexo”
Lo que empieza con un argumento rápido se convierte en casi un monólogo sobre los recuerdos y pensamientos del protagonista. Una cómplice y eterna confesión al lector.
“Quién es libre puede estar loco, ser estúpido, repelente, sufrir precisamente porque es libre, pero no es ridículo. Tiene dimensión como ser”
"Purgad mi corazón; enfermo de deseo
y atado a un animal moribundo,
no recuerda ya ni quién es;
y encomendadme al artificio de la eternidad"
El trágico golpe del destino, del que he hablado al principio, le revelará observando un cuadro de Stanley Spencer, "Double Nude Portrait", que la sexualidad a veces no es tan importante. Los cuerpos son carne, carne cruda, como la de un pene flácido de un hombre triste o los senos caídos y la piel estriada de una mujer entrada en carnes ya resignada, al igual que una pierna de cordero. La decrepitud y decadencia de lo que inevitablemente llegaremos a ser.
La soledad y el desamor harán que descubra unos obsesivos sentimientos nuevos para él como los celos, la desesperanza o el miedo a la muerte. Todo esto le ayudará a evolucionar como padre, como amante… como hombre.
Tráiler de la película "Elegy" (2008), basada en la novela "El animal moribundo", dirigida por Isabel Coixet e interpretada por Ben Kingsley y Penélope Cruz
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