jueves, 15 de septiembre de 2011

EL MOZÁRABE

Pocas veces han sido las que me he inclinado, al contrario de lo que me ocurre con las películas buenas, a releer un libro aunque éste lo haya disfrutado mucho. De hecho sólo recuerdo haberlo hecho en dos ocasiones, en mis primeros años como lector con el apasionante “La vuelta al mundo en 80 días” (versión juvenil) de Julio Verne y ya un poco más mayor cuando leí por dos veces, con gran intervalo de tiempo entre ellas, “El club de los poetas muertos” de N.H. Kleinbaum. Este año lo he vuelto a hacer cuando en el club de lectura propusieron quizás el libro que mas he podido recomendar a mis amigos lectores, “El Mozárabe” de Jesús Sánchez Adalid.



El mozárabe está ambientado en Córdoba durante el cambio del primer milenio en los últimos años del califato de Abdherraman III, pasando por los de su hijo Alhaken II, donde se centra la principal parte de la historia, hasta que coge el poder el gran Almanzor durante el califato del pusilánime Hisham II. Nos cuenta la historia de dos personajes totalmente distintos. Asbag un joven clérigo mozárabe muy sabio, reflexivo y diplomático cuya personalidad destaca por su justicia, la paz entre religiones y personas y que cuenta con una vasta cultura al ser de joven copista en un taller de libros y un alto rango dentro de la iglesia católica en su madurez. El otro personaje es Abuamir un musulmán que pasa de estudiante a administrador, político del califato, guerrero,... es culto, ambicioso, decidido, seductor, inteligente y victorioso en todos los campos de su vida.

La historia los une en un pueblo, dos culturas y dos religiones en una época de bonanza y de paz donde cada uno va forjándose un destino que los separará para encontrarse varias veces después en un mundo mucho más cambiado, muy a pesar del primero pero quizás buscado por el segundo.

Jesús Sánchez Adalid

Jesús Sánchez Adalid es un escritor de novela histórica muy reconocido dentro de la actual narrativa española. Lo que no es tan conocido de su biografía es que aparte de haber sido juez y haber estudiado filosofía, es también cura, siendo el actual párroco de la iglesia del pueblo pacense de Alange. Entre sus otras novelas destacan “El cautivo”, “La sublime puerta”, “La tierra sin mal” y “los milagros del vino”.

Es un libro altamente recomendable para conocer la vida en la Córdoba Omeya, que en su tiempo fue la capital del mundo occidental, ya que transcurre entre las callejuelas, rincones, mezquitas y palacios de la Judería, la Mezquita y Medina Azahara. Es una historia llena de aventuras, intrigas palaciegas, de un amor imposible, de lealtad a unos valores, de superación profesional y personal.

Para entender mejor el mensaje de los personajes, mediante el autor, dejo aqui algunas reflexiones de los distintos personajes:
"...créeme, en todos los sitios hay hombres buenos y malos... ningún rey es mejor que otro por ser cristiano o musulmán. Lo importante es que el rey sea un buen rey y un cristiano un buen cristiano"
"... el único método para llegar a la verdad suprema consiste en conocer cuanto más mejor, sin rechazar nada"
"Él sabía bien que la mejor manera de seducir a una persona es hacerle ver que es la más maravillosa del mundo"
"... no hay nada como aguantar el hambre y la sed con frecuencia para convertir en algo relativo todo lo que rodea a una persona"
"... y mi verdadero tesoro son los libros que tengo y en los cuales leo el mundo, a pesar del misterio que encierra es para conocerlo y saber la verdad acerca de él"
"Odia el mal, pero compadece a quien lo hace. El odio es el primer paso para que no acaben los problemas del hombre"


Todo está contado magistralmente desde los distintos puntos de vista de los dos personajes principales que se van intercalando los capítulos del libro dejándote cuando acabas uno de ellos con ganas de adentrarte en el siguiente para poder acercarte de nuevo a las vivencias de cada uno de ellos. Adalid nos deleita, de una forma muy amena e ilustrativa, en sus escritos con las comidas, las vestimentas, la poesía árabe, las costumbres de aquellas personas que mil años después podemos conocer los que hoy somos sus descendientes. Es un libro que también nos muestra mediante las aventuras y desventuras de uno de ellos sus periplos por casi toda la Europa medieval, así como el sentido de la peregrinación a Santiago.

Si hay que ponerle un pero a este fantástico libro es que en su recta final quizás se centra en demasía en los anhelos, esperanzas, infortunios y triunfos de uno de los personajes, olvidándose en cierta medida del desarrollo humano y evolución como persona del otro.

Más de 700 páginas que se te hacen cortas, con un lenguaje muy rápido, directo, ameno, incluso comercial, pero que el autor nos enseña una historia muy interesante y recomendable que junto a otras dos grandes novelas, “El último judío” de Noah Gordon y “El hereje” de Miguel Delibes, hicieron que hace muchos años me iniciara en la novela histórica conociendo como era hace siglos nuestro mundo, entendiendo así mejor el que nos ha tocado vivir, que quizás, aunque no lo parezca, no sea tan distinto a aquel tan lejano en el tiempo.