lunes, 9 de julio de 2012

Senderismo en LA SUBBÉTICA CORDOBESA

Es una auténtica suerte los que vivimos en la provincia de Córdoba porque vivimos relativamente cerca de verdaderas maravillas ya sean arquitectónicas, paisajísticas o culturales. Tenemos la Costa del Sol y la de la Luz para poder refrescarnos en verano, ciudades bellísimas como la propia Córdoba o Granada y pueblos monumentales o pintorescos como Úbeda, Carmona, Zuheros o Ronda. Para esquiar, unas de las mejores pistas de toda España, la de Sierra Nevada, un parque nacional como Doñana, humedal insólito en toda Europa y numerosos parques naturales como el de la Subbética Cordobesa, que es para mí el más cercano y el que más he tenido la suerte de poder visitar.

Este parque natural, el de las Sierras Subbéticas, fue declarado como tal en 1988, siendo también en 2006 por la UNESCO como Geoparque por sus innegables atractivos geológicos, paisajísticos y de diversidad tanto de flora como de fauna.
Es por lo que en esta entrada voy a detallar una ruta de senderismo de las decenas que se pueden hacer entre los 14 pueblos y aldeas que forman el parque natural. Una ruta casi desconocida recomendado por un amigo amante de este entorno y gran conocedor de casi todos sus atractivos.

La ruta es una variante a la conocida ruta de “Las Buitreras” que une las localidades de Carcabuey y Luque.



El comienzo podría ser desde el mismo pueblo de Carcabuey, pero mi grupo y yo decidimos empezar un poco mas adelante para no alargar en demasía la ruta. Al punto de partida de nuestra ruta se accede por un camino que sale a la izquierda en el punto kilómetro 16.200 de la carretera comarcal A-339 que une Cabra con Priego de Córdoba. A 4,5 km del cruce de la carretera se encuentra el cartel informativo que nos indica que estamos a los pies las Buitreras de Abuchite. En este lugar es donde dejamos los coches. 750 m sobre el nivel del mar y en las coordenadas UTM (X386850; Y4150810).

Desde el inicio ya podemos observar a nuestra derecha el impresionante cortado de la Loma de Abuchite que es la zona de la Subbética donde más anidan los buitres leonados. No hizo falta esperar mucho tiempo para ver volar sobre nosotros algunos grandes ejemplares de estos carroñeros. Todavía era bastante pronto para ser presa fácil de estas aves carroñeras.

Buitreras de Abuchite
El primer kilómetro y medio discurre por un camino en muy buen estado, pero con una elevada pendiente por medio de un olivar, así que esperamos con ansias que el terreno llaneara un poco para adentrarnos ya en plena sierra. Una vez dejado atrás el olivar, la flora típica de sierra nos va saliendo al paso con numerosas zonas de matorral como tojos y majuelos donde todavía hay escasez de zona arbórea, pero entre los pocos que hay predominan los árboles autóctonos de la zona como las encinas y acebuches. Justo después pasamos bien cerca del “Cortijo Monte de los leones”. Hay que tener cierta precaución ya que al menos el día que nosotros pasamos había perros sueltos, que aparte de algunos ladridos esporádicos no tuvimos ningún otro problema.

Un poco más adelante y siguiendo siempre el camino, por lo que es imposible perderse, pasamos por el “Cortijo de Don Manuel Ruíz”. Fue una vez pasado el cortijo cuando nos desorientamos un poco, ya que se pierden las rodadas del camino que hasta ahora nos habían guiado. Poca fue la confusión ya que sabíamos que nuestro camino a seguir era por el punto más bajo del collado formado por el Arroyo de Navahermosa, entre la Loma de los Plazuelos a la derecha y la sierra de Lobatejo a la izquierda. Este fue el tramo más hermoso de todo el recorrido, ya que vas caminando por lo que tendría que ser el cauce del arroyo, que este año iba totalmente seco, pero la verdina de las piedras y troncos dan clara muestra de la humedad que cualquier año debe de haber. Supongo que puede ser complicado pasar por aquí un año de lluvias ya que los lentiscos, retamas y madroños de esta zona casi te obligan a ir por el punto más bajo. Aquí no hay pérdida posible, sólo seguir el cauce del arroyo ayudándote además una especie de tirandetas que te guían hasta la salida del valle. Aquí seguíamos siendo vigilados desde las alturas de los buitres que no nos abandonaron en casi todo el recorrido, pero pocos animales vimos a pie de tierra, aunque si sabíamos que tenía que haberlos por las numerosas huellas y tierras removidas por los jabalís justo debajo de los árboles, que en este punto casi cubren los rayos del sol al ser la zona más frondosa de todo el camino.

Poco a poco y casi sin darnos cuenta vamos subiendo y dejando atrás la estrechez del cauce para ir abriéndose el campo a nuestro pies. El valle se va ampliando y a nuestros pasos nos van acompañando algunos ejemplares de caballos y vacas en semilibertad. La vegetación cada está más dispersa: aisladas encinas y pocos matorrales, aunque todo cubierto de un gran manto de hierba que cubre todo el suelo. Ahora divisamos claramente la sierra casi pelada, ya atrás, de Lobatejo (1379 m). Espectacular los restos de una encina alcanzada por un rayo.

Hemos recorrido ya 7 km y nos encontramos en el punto más alto del recorrido a 1215 m de altitud. El esfuerzo ha merecido la pena, la vista es impresionante, ya que tenemos justo enfrente al Picacho de la Sierra de Cabra coronado por la virgen en su ermita y a lo lejos se puede apreciar el monte cónico de la Sierra de Aras, donde se encuentra la patrona del campo andaluz, la Santísima Virgen de Araceli, que desde las alturas saluda a la de Cabra. Justo debajo de ésta se puede divisar el pueblo de Cabra y en un primer término "La Nava" y el “Cortijo de Navazuelo”, próximo destino en nuestra ruta.

Vista desde el punto más alto
A partir de este punto comienza la bajada por un camino entre árboles, con una distancia aproximada de 1.3 km con una pendiente media del 15 % y una máxima del 32 %.
El “Cortijo de Navazuelo” ya en “La Nava de Cabra” dista 9 km desde que empezamos hace ya poco más de 3 horas. A partir de aquí y dejando atrás ya la llanura de “La Nava” nos disponemos a hacer una larga bajada en zigzag entre un extensísimo olivar con la Sierra del Pepitre a nuestra derecha. El cansancio, el calor y los kilómetros recorridos hacen que esta parte de la ruta no sea tan vistosa como la que hemos visto hace algunos momentos.


Con algo más de 16 kilómetros acumulados en nuestros pies llegamos hasta nuestro destino, la gasolinera “La Zamora”, a 580 m sobre el mar, en la A-339.


Una ruta de senderismo muy poco conocida, ya que no está reconocida como tal, en la que la soledad de todo el trayecto (hasta que no llegamos a “La Nava” no nos cruzamos con ningún otro senderista) hace que el encuentro con este paraje de la naturaleza sea más atractivo y aprovechado por nuestros sentidos en uno de los lugares más espectaculares de toda la provincia de Córdoba y que siempre es una delicia volver a deleitarse visitando cualquier lugar de este parque natural de la provincia cordobesa.

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