viernes, 7 de mayo de 2010

Provincia de Cáceres

Como en la visita a Cáceres teníamos tres días y la ciudad prácticamente se puede conocer en un solo día decidimos aprovechar la escapada para descubrir un poco de la provincia de Cáceres.

Teníamos muchos destinos que queríamos visitar como la Sierra de Gata, el Valle del Jerte o el Monasterio de Guadalupe pero al final como el tiempo es limitado preferimos ver algo menos pero con más tranquilidad. El destino que ocupaba el primer lugar en no perdernos era por ganas y por cercanía a la capital el Parque Nacional de Monfragüe, el único de los catorce parques nacionales españoles que pertenece a Extremadura. Así que en poco menos de una hora y cruzando las dehesas pobladas de encinas y alcornoques nos acercábamos a nuestro primer destino. No podía imaginar que el manto del suelo de las dehesas extremeñas estuviesen tan verdes y tan floridas con todos los tonos del arco iris. Recuerdo que hace unos años de camino a Lisboa, la dehesa extremeña estaba todo seca, árida y de un color ocre típico de la Andalucía más seca, claro que fui en agosto y no fue un año tan lluvioso como éste.

Dehesa extremeña en primavera

Dejamos el coche en los aparcamientos un kilómetro más abajo de la cima donde se enclava el Castillo de Monfragüe y subimos en uno de los autobuses gratuitos disponibles. En lo alto de la cima está más que el castillo, la torre y poco más de lo que fue en su día la fortaleza con algunos torreones.
Restos del Castillo de Monfragüe

Las vistas son espectaculares con el río Tajo cortando literalmente la cadena montañosa. El cauce forma unos meandros que forman unas verdaderas vistas dignas de ser vistas.

Meandros del Tajo en Monfragüe

Yo me esperaba más superficie de montaña pero desde lo más alto se puede apreciar que Monfragüe es una extensa llanura de dehesa con un cordón muy estreño montañoso que lo atraviesa, y justo ahí estábamos nosotros con la compañía de decenas de buitres y águilas que sobrevolaban sobre nuestras cabezas.

De camino hacia la comarca de la Vera, nos paramos en el Salto del Gitano que es donde el tajo forma una catedral de piedras al partir literalmente en dos la rocosa montaña.
Salto del Gitano

Justo después de atravesar a lo ancho el parque por el noreste llegamos a la comarca de la Vera (donde se cultiva uno de las variedades de pimentón más conocidas de España, introducidas por los monjes Jerónimos procedentes del Monasterio de Yuste). Se nota que estamos más al norte ya que la vegetación y las continuas cascadas y gargantas de agua hacen acto de presencia a cada paso.

Cómo no teníamos el tiempo necesario para visitar muchos pueblos de la zona decidimos ir a uno de los más típicos por su arquitectura y belleza.


Plaza Mayor de Garganta la Olla

Garganta la Olla es el típico pequeño pueblo de esta zona con poco más de 1000 habitantes que viven en casas con la arquitectura basada en la piedra y la madera con un estilo heredado de sus antiguos colonos del norte, principalmente cántabros del S. XVIII, de ahí que la comparen con la localidad cántabra de Santillana del Mar.


Garganta la Olla desde la carretera hacia Yuste

Después de esta visita nos fuimos hasta el cercano Monasterio de Yuste, lugar de los últimos años del emperador Carlos I y V de Alemania. El lugar no fue elegido al azar por el hijo de Juana “La loca” ya que el entorno coronado por la cercana Sierra de Gredos hace un lugar estupendo para el descanso que él buscaba. Es una pena que sólo se puedan visitar las estancias privadas del monarca y la iglesia, ya que no se puede acceder al monasterio de los Jerónimos, al ser éstos monjes de clausura. Sinceramente creo que no merece la pena ir exclusivamente a ver el monasterio, si quizás pasas por la zona pues entonces sí sería una buena alternativa.

El último lugar que visitamos de la provincia fue en nuestro regreso hacia Montalbán fue la visita al pueblo cacereño de Trujillo. Situado en la meseta central cacereña y a menos de 50 km de la capital, conocido como la “cuna de los conquistadores”. Trujillo es un pueblo muy parecido monumentalmente hablando a Cáceres con una plaza mayor toda circundada de casas señoriales y con una estatua ecuestre imponente, en un lateral de la misma, de uno de sus hijos, Pizarro el conquistador del Perú.
Plaza Mayor con escultura de Pizarro
Al igual que su capital también tiene una muralla en forma de fortaleza que cobija a numerosas iglesias, y casas palaciegas con bellos jardines sobre cuestas retorcidas y suelos empedrados. En lo alto de la fortaleza se sitúa un gran castillo con una vistas que se pierden en el horizonte desde las numerosas torres visitables, donde en una de ellas se aloja la venerada Virgen de la Victoria. Trujillo es un pueblo que si se viaja por la zona no se debe dejar de visitar ya que te sorprende que un pueblo tan pequeño tenga tantos rincones y monumentos tan atractivos, formando un conjunto inconfundible.
.Panorámica de Trujillo

Ya que estábamos en Trujillo no podíamos irnos de sin almorzar en el que posiblemente sea el mesón más conocido de Extremadura “La Troya”, abierto desde 1921 en la misma Plaza Mayor donde decenas de personajes que sean o hayan sido alguien público está fotografiado en la pared de la entrada, como políticos, deportistas, actores, cantantes, toreros, periodistas… Nada mas sentarte antes incluso de pedir nada te ponen de aperitivo una tortilla de patatas, una fuente de ensalada y un plato de embutido con tus botellas de vino de 1 litro, de Casera y otra de agua (que te las abren aunque luego no la quieras como fue el caso de nosotros con el vino y la gaseosa).

La verdad es que nos quedamos sorprendidos, vaya recibimiento. Luego podías elegir entre varios primeros (nosotros un buen plato de ensaladilla y gazpacho) y de segundo (bacalao en salsa y una bandeja de caldereta de cordero, que por supuesto se quedó casi entera porque era imposible que eso se lo pudieran comer dos personas) y para terminar el postre casero de la casa. En realidad la caldereta no nos gustó mucho pero lo demás si estaba bueno, aunque no deja de ser una lástima que te pongan tanta comida ya que es imposible que alguien se pueda comer tanta cantidad de comida. ¡Y tan sólo por 15 €uros el menú!. Como experiencia es buenísima por lo emblemático del lugar pero no sé si repetiría una segunda vez, ya que posiblemente me gustaría probar la comida en otros restaurantes de la zona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario