viernes, 10 de septiembre de 2010

Huelva

Este año mis vacaciones han sido más cortas y más cercanas que los últimos años pero eso no deja de hacerlas para nada inolvidables. El lugar donde he estado ha sido por la zona de La Antilla, junto a Islantilla y a Lepe. En esta entrada contaré lo más destacado por si alguien en el futuro visita la Costa de la Luz.

Una de las visitas que hice fue a los Lugares Colombinos, visitando el Monasterio de La Rábida en la localidad de Palos de la Frontera. El Monasterio de la Rábida no es importante por la grandiosidad de su arquitectura, ni por su rico patrimonio artístico. Se trata de un pequeño convento franciscano de principios del S. XV, pero fue en este lugar donde entre sus muros se gestó el acontecimiento que cambiaría el rumbo de la Historia, el lugar donde Cristóbal Colón encontró el apoyo, el ánimo y la fundamental intermediación de los monjes ante los Reyes Católicos para emprender una de las más grandes epopeyas de la historia de la humanidad, un rumbo hacía lo desconocido dando lugar al descubrimiento de América. Es por lo que es inevitable sentir un ligero cosquilleo cuando uno intenta ponerse en la piel, mientras está pisando las mismas salas, de los que en aquellos tiempos estaban viviendo esa incertidumbre tan extraordinaria hacia una aventura tan misteriosa.

Fachada del Montasterio de La Rábida

En el monasterio destacar la iglesia gótico-mudéjar en la que se puede admirar la Virgen de los Milagros, del siglo XIV, delante de la cual oraron Colón y los marinos que realizaron la empresa descubridora antes de partir hacia su viaje, siendo además la única imagen de la virgen coronada por algún papa en España, fue por S.S. Juan Pablo II el 14 de junio de 1993.

A escaso un kilómetro del monasterio se encuentra una recreación exacta de las tres naves que acompañaron a Colón en su primer viaje al nuevo mundo. Las dos carabelas La Pinta y La Niña y la nao Santa María están enclavadas en un muelle en el río Tinto junto al encuentro con el Odiel y muy cercano a la desembocadura en el Atlántico.
La Pinta, la Niña y la Santa María en el puerto de Palos

Otra de mis escapadas fue al Parque Nacional de Doñana. Contratamos un servicio de camiones todo terreno para hacer una visita por la zona norte del Parque Nacional de Doñana, visitando cuatro de los ecosistemas más importantes de Doñana: el bosque, el matorral, la vera y la marisma con comienzo en la aldea de El Rocío y destino el centro de visitantes José Antonio Valverde, donde existe una de las colonias de aves más importantes de Doñana. Durante la visita que dura algo menos de 4 horas se puede observar por medio del guía la fauna y flora del parque, cruzando también una parte de la Raya Real, camino por el que acceden numerosas Hermandades a la Aldea de El Rocío durante su famosa Romería.
Al ser verano gran parte de las marismas estaban semisecas, ya que éstas son principalmente estacionales, por lo que no pudimos apreciar la gran variedad de fauna que en ellas cohabitan. Sólo vimos algunos pequeños mamíferos, caballos salvajes y gran variedad de aves, entre ellas las rapaces, pero ni rastro de los famosos linces, gamos, ciervos o jabalíes.
Vista del P.N. de Doñana


Me gustaría apuntar que la empresa con la que hicimos el recorrido se llama “Doñana Ecuestre”, pero creo que es más interesante la empresa “Cooperativa Andaluza Marismas del Rocío” ya que ésta última también visita las dunas y las playas y al mismo precio. Un precio de 26 €/persona, desorbitado desde mi punto de vista, pero que al ser la única manera de poder apreciar el interior del Parque Nacional más grande de España y uno de los espacios naturales más importantes de Europa y si se trata de una sola vez, quizás si merezca la pena.



Video promocional de "Doñana Ecuestre"

Si lo que se quiere disfrutar un poco de playa, además de las urbanas y excelentes playas de arena de La Antilla e Islantilla, os recomendaría la playa virgen de El Asperillo, también llamada “Cuesta Manelli”, a 13 km de Matalascañas dirección Mazagón, en pleno Parque Natural de Doñana. Se tiene que dejar el coche en un aparcamiento junto a la carretera y andar 1200 m a través de un sendero peatonal de madera que va serpenteando entre dunas y pinares.


Cuesta Manelli

Cuando llegas casi al final, desde un acantilado ves una magnífica vista de la playa y descubres que es una zona virgen totalmente aislada de cualquier edificación (a excepción de un pequeño chiringuito), casi desierta y utilizada por numerosos nudistas para poder disfrutar de un día de agua, sol, aire, naturaleza y sobre todo de una tranquilidad con un atardecer rojizo que cae sobre el océano que te relaja y te aleja tanto física como emocionalmente del resto del mundo con unas sensaciones difíciles de encontrar en cualquier otro momento o lugar.

Playa de El Asperillo, desde el acantilado
 
  Atardecer en Doñana
Ya por último, una última recomendación gastronómica: “Cervecería La Sureña”, en el Centro Comercial de Islantilla, en el paseo marítimo, con bebidas a euro y todas las raciones a 5 € en las que incluye gambas frescas de Huelva y jamón ibérico “5 Jotas” de Sánchez Romero Carvajal. Y es que posiblemente sea el jamón más bueno que he comido en mi vida y muy pocas veces uno tiene la ocasión de hartarse de tan excelente delicia.

Un placer para todos los sentidos.

4 comentarios:

  1. Huelva, es mucha Huelva,........y no sería lo mismo sin ese jamoncito rico de la zona, ¡¡¡¡a precio de hamburguesa del MacDonalds!!!...increible pero cierto. Aunque lo que hace a los sitios inolvidables, no es sólo una comida, una tarde apacible en una playa alucinante, o descubrir sitios nuevos, todas esas cosas tan maravillosas no serían lo mismo si lo hiciéramos solos, así que sin duda lo mejor de las vacaciones ha sido la compañia. ;-)

    ResponderEliminar
  2. Tienes toda la razón, siempre lo más importante es una buena compañía. Pienso que es mucho más sugestivo compartir lo más simple que descubrir cosas extraordinarias en soledad.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  3. Amo esta tierra, recuerdo los veranos por las playas del parque Doñana, los Rocios!!!

    Que bellos es pasear por estos parajes disfrutando de la naturaleza!!

    Gracias por compartir!!!

    ResponderEliminar
  4. Me alegra saber que esta entrada de mi blog te ha recordado esos maravillosos veranos. Lo mejor de todo es que siempre se puede volver. Gracias a tí por escribir, un saludo.

    ResponderEliminar