lunes, 28 de junio de 2010

Una historia verdadera

Uno de los grandes placeres de la vida es hacer lo que a uno le apetezca. Intento cultivar estos grandes placeres de mi vida siempre que puedo e ir intercalándolos para no dejar ninguno mucho tiempo sin hacer. Algunos son muy diferentes entre sí, como por ejemplo hacer un viaje, leer un libro, salir hasta la mañana o quedarte todo el fin de semana sin parar de ver películas. Éste fue el caso del pasado fin de semana que como he tenido bastante tiempo libre he visto algunos de los más de 400 títulos que tengo en mi DVDteca particular. De todas las que he visto en estos tres días la que más me ha gustado y la que más me ha emocionado ha sido “UNA HISTORIA VERDADERA”.


“The Straight story” (1999) es una película del director David Lynch que para nada tiene que ver con las historias tan particulares que habitualmente cuenta en sus películas como “Terciopelo azul”, “Corazón salvaje”, “Mulholland Drive” o la mítica serie de TV “Twin Peaks”.

David Lynch

Cuenta con el protagonismo casi absoluto de Richard Farnsworth (actor sexagenario que murió pocos meses después del rodaje y que este papel le valió un gran reconocimiento público y una nominación al oscar), y un papel secundario para la gran Sissy Spacek (inolvidable como siempre, aunque siempre será recordada por la inquietante “Carrie”).

Richard Farnsworth y Sissy Spacek

“Una historia verdadera” narra un hecho real ocurrido en 1994 por Alvin Straight, un campesino viudo que a sus 73 años hizo unos 400 km, durante más de seis semanas, viajando a través del interior de los Estados Unidos montado en su cortacésped para poder despedirse de su hermano enfermo, con el que llevaba varios años sin hablarse.

Este año tenía pensado hacer el Camino de Santiago y debido a razones presupuestarias (la vida está llena de prioridades) he tenido que aplazarlo y al ver esta película he pensado que el viaje que hizo el protagonista es lo más parecido a esta ruta, ya que no es un viaje solo por la América profunda sino que es un viaje al interior de cada uno. Una excusa perfecta para poder ponerse en paz consigo mismo y redimir todas las deudas y faltas que guardamos en nuestro interior. Un camino de soledad, reflexión y meditación de todo lo importante que nos rodea y que algunas veces, demasiadas, no valoramos en su justa medida y cuando lo hacemos puede que sea demasiado tarde.

El personaje de Alvin, en un fotograma de la película

No se puede expresar algo tan profundo, emocionante, y conmovedor en una película tan sencilla, tierna y con tanta sensibilidad. Todo es magistral y perfecto como los diálogos: la conversación con la autostopista, con el cura y sobre todo con el viejo compañero veterano de guerra; la música: excepcional banda sonora melódica de Angelo Badalamenti; la fotografía: magníficos paisajes de cultivos bajo la luz del atardecer; los silencios y las miradas de ese personaje que ha vivido tanto y no sufrido menos.

Una película imprescindible que es una obra maestra que te atrapa el corazón, te lo estruja y no te lo suelta durante los 111 minutos de metraje, que te emociona y te hace pensar, pensar en todo y en nada, como le gustaba al viejo Alvin hacer con su hermano las largas noches de verano, mirando las estrellas.



Como sé que los que me leéis en este blog sois pocos pero muy cercanos os puedo dejar el DVD de la película, por supuesto al igual que todas las que tengo, para que la veáis y disfrutéis con ella, seguro que no os arrepentís.

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